Poema de Escandar Algeet, sacado de este blog:
http://escandar-algeet.blogspot.com.es/2012/02/o-todavia.html
Grandisimo...
Matamos a dios y estuvo bien, porque no existía.
No hubo tanto que discutir, solamente nos quedamos huérfanos
de clavos ardiendo
y sin tener a lo que aferrarnos nos dejamos caer
creyendo que nosotros mismos
sabríamos salir por nuestra propia cuenta
del precipicio.
Nos dejamos caer confiando demasiado quizá
en nuestras alas.
Y está claro que algo no salió bien.
Inventamos el mercado
la economía
la democracia
y las listas del paro.
No contentos con tanto
inventamos la comunicación
los simulacros
y la pornografía.
Hasta los secretos
nos inventamos.
y las mentiras.
Sobre todo las mentiras.
Echa un vistazo al patio si no me crees.
Es una cuestión de fe no hacerlo.
Y matamos a dios, ¿recuerdas? Y estuvo bien.
De acuerdo.
Pero hemos convertido el destino en una resignación,
la miseria en rutina
y hemos reducido el fuego al calor de su potencia
hasta meterlo en un caja de cerillas
y ponerle una señal de aviso.
De advertencia.
Aquí nadie se acuerda de los sueños
y mejor,
porque tienen que dar un miedo de la ostia.
Como niños riéndose por la noche en las alcantarillas
mientras chocan sus globos contra las rejas de los desagües
y explotan.
Los globos.
Hay una capa de odio que nos hemos puesto como lentillas en los ojos.
Un disfraz caducado tan podrido que apesta como nuestras desilusiones.
Hemos cifrado la necesidad en números,
el valor en porcentajes,
y hemos puesto en oferta la falta de interés.
Nos hemos estadistiqueado hasta la médula.
¿Y para qué negarlo? Estamos perdidos.
No tenemos ni puta idea de hacia dónde vamos.
Nos rascamos la cabeza desorientados y encogiéndonos de hombros.
Tenemos muchos cómos
y ningún por qué.
Nuestro único objetivo se reduce al final
a conseguir la pasta
con la que comprar una felicidad que ya de por sí es un sucedáneo.
Porque eso hicimos con todo.
Lo pusimos un precio
y dejamos que engordara como los cerdos antes de san Martín.
La publicidad puso los escaparates.
Los gobiernos traficaron con los impuestos.
La prensa hizo su trabajo.
¿Y nosotros? ¿Que dónde estábamos nosotros?
Comprando.
Dónde íbamos a estar si no.
Sin una filosofía a la que aferrarnos,
sin nada
sin absolutamente nada
por lo que poder jugarnos la vida.
Nuestra única vida,
nuestra desdichada pretenciosa y sobre todo irrepetible vida
ahora que no nos queda ni dios
y hasta los viejos se mueren en silencio.
No tenemos por lo qué luchar.
Nos da igual la mierda mientras no nos salpique.
Así que hacemos grandes letrinas en donde cagarnos
y las llamamos países,
no sea que se piensen que pensamos.
Reconozcámoslo: no tenemos ninguna respuesta.
Todavía.
Matamos a dios y estuvo bien, porque no existía,
pero nos quedamos sin clavos ardiendo
a los que aferrarnos
y así estamos: cayendo.
Y sin ninguna fe ya en los milagros.
O todavía.
22 feb 2013
21 feb 2013
Luchar, competir es lo unico que parece que nos queda.
Aunque me revuelva las tripas,
aunque sepa que no podre ganar.
No es mas que otra triste batalla
en la que las cartas no juegan a mi favor.
Nunca quise competir...
no por esto,
no por una sonrisa, por unas atenciones.
Y luchare, y me sentire ganar...
pero cada mentira me hara perder.
Poco a poco.
Abocado a la derrota.
Y no sera una derrota clara,
sino una batallada.
Hasta el final.
Aunque me revuelva las tripas,
aunque sepa que no podre ganar.
No es mas que otra triste batalla
en la que las cartas no juegan a mi favor.
Nunca quise competir...
no por esto,
no por una sonrisa, por unas atenciones.
Y luchare, y me sentire ganar...
pero cada mentira me hara perder.
Poco a poco.
Abocado a la derrota.
Y no sera una derrota clara,
sino una batallada.
Hasta el final.
10 feb 2013
Right now.
Una chica dormida en la cama con las mantas tapandola casi por completo del intenso frio.
Una botella de ron Yacaré a medias sobre la mesa, con un vaso parcialmente vacio mientras el hielo se derrite poco a poco.
Teclas sonando que no apagan la musica por los auriculares. Musica que no apaga los pensamientos que van de un lado a otro e impiden dormir a quien trata de escribir unas lineas sobre el teclado del ordenador.
Los caracteres aparecen en la pantalla plana a la velocidad de quien acostumbra a escribir en la computadora, pero aun a mas velocidad se borran, frustrando al hombre que se encuentra enfrente.
Un corto trago cada pocos minutos mientras escribe, uno largo cuando borra todo lo que tanto le ha costado sacar en los minutos anteriores.
La frustracion es patente en su rostro, ceño fruncido, miranda pensativa y labios fruncidos como muestra de concentracion. Brillo de rabia en su mirada por cada linea borrada.
Triste trago de ron frustrado al no quedar mas que unas escasas gotas en el recipiente.
Amaga con golpear la mesa antes de servir otro extenso chorro de la botella al vaso, pero se contiene con una mirada hacia su derecha, donde se encuentra la bella durmiente.
Un sinfin de sentimientos se reflejan en su rostro con una mirada de escasos segundos.
Pero una prevalece, un gesto de proteccion, una mirada defensora.
Los oscuros rizos cubren su rostro, dulce y encantador. Mejillas sonrosadas y llamativas, de las que es mejor hundir que tirar (pobres ancianas, con lo que ellas disfrutan tirando de estas... ). Cejas cuidadas y bonitas y ojos ligeramente rasgados que le dan un toque exoticamente atractivo.
Un colgante lleva pegado a su pecho, una estela cantabra que gano en una cariñosa pelea igualada. Pero ahora se encuentra bajo la sabanas que la cubren hasta media cabeza... al igual que esos cariñosos ojos marrones, que son capaces de trasladarte a otro mundo, se encuentran ocultos bajo los finos parpados de cortas pestañas.
Por un segundo tiene la tentacion de despertarla, para poder ver su ceño fruncido y su gesto aniñado y triste de cuando esta mas dormida que despierta, frustrada por no poder dormir, enfadada solo por saber que el resto respira... pero aguanta la tentacion, no seria justo, necesita dormir aunque el no pueda por poco que haya descansado el dia anterior.
Bajo las mantas una camiseta de AC/DC cubre su atractivo cuerpo... y si se la quitara, estaria arrebatadora, indescriptible. Pero no tiene esa necesidad... solo la de protegerla a toda costa.
Los tecleos continuan, cada vez mas constantes y con menos lineas borradas.
Los tragos se expanden en el tiempo pero se alargan en duracion, aunque se nota en el gesto al beberlo que el alcohol no es de su agrado. Y, aun asi, empieza a resultarle dificil concentrarse en algo.
Pero la estampa es demasiado atractiva como para desaprovecharla: Ron. Chica dormida. Novio escritor frustrado.
Propia de las mejores peliculas que echan en Antena 3 un finde a las 15:30.
Una botella de ron Yacaré a medias sobre la mesa, con un vaso parcialmente vacio mientras el hielo se derrite poco a poco.
Teclas sonando que no apagan la musica por los auriculares. Musica que no apaga los pensamientos que van de un lado a otro e impiden dormir a quien trata de escribir unas lineas sobre el teclado del ordenador.
Los caracteres aparecen en la pantalla plana a la velocidad de quien acostumbra a escribir en la computadora, pero aun a mas velocidad se borran, frustrando al hombre que se encuentra enfrente.
Un corto trago cada pocos minutos mientras escribe, uno largo cuando borra todo lo que tanto le ha costado sacar en los minutos anteriores.
La frustracion es patente en su rostro, ceño fruncido, miranda pensativa y labios fruncidos como muestra de concentracion. Brillo de rabia en su mirada por cada linea borrada.
Triste trago de ron frustrado al no quedar mas que unas escasas gotas en el recipiente.
Amaga con golpear la mesa antes de servir otro extenso chorro de la botella al vaso, pero se contiene con una mirada hacia su derecha, donde se encuentra la bella durmiente.
Un sinfin de sentimientos se reflejan en su rostro con una mirada de escasos segundos.
Pero una prevalece, un gesto de proteccion, una mirada defensora.
Los oscuros rizos cubren su rostro, dulce y encantador. Mejillas sonrosadas y llamativas, de las que es mejor hundir que tirar (pobres ancianas, con lo que ellas disfrutan tirando de estas... ). Cejas cuidadas y bonitas y ojos ligeramente rasgados que le dan un toque exoticamente atractivo.
Un colgante lleva pegado a su pecho, una estela cantabra que gano en una cariñosa pelea igualada. Pero ahora se encuentra bajo la sabanas que la cubren hasta media cabeza... al igual que esos cariñosos ojos marrones, que son capaces de trasladarte a otro mundo, se encuentran ocultos bajo los finos parpados de cortas pestañas.
Por un segundo tiene la tentacion de despertarla, para poder ver su ceño fruncido y su gesto aniñado y triste de cuando esta mas dormida que despierta, frustrada por no poder dormir, enfadada solo por saber que el resto respira... pero aguanta la tentacion, no seria justo, necesita dormir aunque el no pueda por poco que haya descansado el dia anterior.
Bajo las mantas una camiseta de AC/DC cubre su atractivo cuerpo... y si se la quitara, estaria arrebatadora, indescriptible. Pero no tiene esa necesidad... solo la de protegerla a toda costa.
Los tecleos continuan, cada vez mas constantes y con menos lineas borradas.
Los tragos se expanden en el tiempo pero se alargan en duracion, aunque se nota en el gesto al beberlo que el alcohol no es de su agrado. Y, aun asi, empieza a resultarle dificil concentrarse en algo.
Pero la estampa es demasiado atractiva como para desaprovecharla: Ron. Chica dormida. Novio escritor frustrado.
Propia de las mejores peliculas que echan en Antena 3 un finde a las 15:30.
9 feb 2013
Olor.
No es un simple olor a frutas... eso es el champu, el acondicionador, que se yo, lo que te eches en el pelo al ducharte.
Eso no es como huele tu pelo, al menos no para mi.
Tu pelo huele a noche... a una noche larga y despejada que viene tras un dia de tormenta, movido, arduo e intranquilo.
Huele a cartas.
Cartas jugadas que han llevado a la victoria y por jugar que lograran mantenerla.
Cartas que han logrado derribar un muro como si fueran del mismisimo Gambit, de Marvel.
Huele a distancias.
Distancias insalvables en las que te guardas. Distancias fisicas que a menudo logramos salvar.
Huele a un mundo separado en el que nos aislamos.
Huele a la calma que me provocas.
Huele a sonrisas y abrazos, a aprendizaje y concesiones, hechas por amor.
Huele a viajes y a sorpresas, a sexo y a sueño.
Huele a todo eso y a mucho mas...
A todo eso huele.
Eso no es como huele tu pelo, al menos no para mi.
Tu pelo huele a noche... a una noche larga y despejada que viene tras un dia de tormenta, movido, arduo e intranquilo.
Huele a cartas.
Cartas jugadas que han llevado a la victoria y por jugar que lograran mantenerla.
Cartas que han logrado derribar un muro como si fueran del mismisimo Gambit, de Marvel.
Huele a distancias.
Distancias insalvables en las que te guardas. Distancias fisicas que a menudo logramos salvar.
Huele a un mundo separado en el que nos aislamos.
Huele a la calma que me provocas.
Huele a sonrisas y abrazos, a aprendizaje y concesiones, hechas por amor.
Huele a viajes y a sorpresas, a sexo y a sueño.
Huele a todo eso y a mucho mas...
A todo eso huele.
3 feb 2013
Ofrecimiento [Parte 1]
El agua agitada del mar chocaba repetidamente contra los muros del puerto, zarandeando las pocas pasarelas que aun quedaban sin guardar debido a la repentina tormenta. Las aguas embravecidas movian los barcos sin descanso y sepultaban a veces los largos muelles, que a duras penas resistian aquellas furiosas acometidas.
La lluvia golpeaba reptidamente contra las ventanas, la mayoria con las cortinas corridas, la estampa no era muy agradable.
El viento levantaba lamentos de las maderas, las puertas se quejaban y los tejados aguantaban como podian.
Las pocas ventanas por las que se veia iluminacion sin cortinas provenian de una triste taberna maritima. Alli coincidian varios marineros lamentandose del mal tiempo, tristes por los daños y añorando sus respectivos hogares.
El bullicio era tremendo y el ambiente demasiado cargado, en aquel local de reducido espacio y mal acondicionado se encontraban la mayoria de los sudorosos tripulantes de aquellas sufridoras naves, por lo que la tension se palpaba en el ambiente y las narices mas trabajadoras se arrugaban ante aquellas agresiones.
Al fondo de la estancia, mirando por una de las pocas ventanas del lugar y situado relativamente cerca del fuego, se encontraba un individuo de aspecto mediocre, ropas raidas en algunos lugares e impropias para los tiempos gelidos que corrian y hombros caidos. La tristeza que a su alrededor se apreciaba era tal que pese a la gran cantidad de personas que alli estaban su zona se encontraba vacia.
Tristes conversaciones entre el y la gran jarra de cerveza negra. Su fuerte sabor con ese toque amargo eran acordes con sus pensamientos.
Su mirada iba de la mesa a la ventana y de esta a la cerveza, el resto del mundo no existia. No para el. No en ese momento. Y esta vez, esa inexistencia no era bienvenida...
La lluvia golpeaba reptidamente contra las ventanas, la mayoria con las cortinas corridas, la estampa no era muy agradable.
El viento levantaba lamentos de las maderas, las puertas se quejaban y los tejados aguantaban como podian.
Las pocas ventanas por las que se veia iluminacion sin cortinas provenian de una triste taberna maritima. Alli coincidian varios marineros lamentandose del mal tiempo, tristes por los daños y añorando sus respectivos hogares.
El bullicio era tremendo y el ambiente demasiado cargado, en aquel local de reducido espacio y mal acondicionado se encontraban la mayoria de los sudorosos tripulantes de aquellas sufridoras naves, por lo que la tension se palpaba en el ambiente y las narices mas trabajadoras se arrugaban ante aquellas agresiones.
Al fondo de la estancia, mirando por una de las pocas ventanas del lugar y situado relativamente cerca del fuego, se encontraba un individuo de aspecto mediocre, ropas raidas en algunos lugares e impropias para los tiempos gelidos que corrian y hombros caidos. La tristeza que a su alrededor se apreciaba era tal que pese a la gran cantidad de personas que alli estaban su zona se encontraba vacia.
Tristes conversaciones entre el y la gran jarra de cerveza negra. Su fuerte sabor con ese toque amargo eran acordes con sus pensamientos.
Su mirada iba de la mesa a la ventana y de esta a la cerveza, el resto del mundo no existia. No para el. No en ese momento. Y esta vez, esa inexistencia no era bienvenida...
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