“It’s a scary thing how the people closest to you can become a strangers.”
Durante mucho tiempo fuiste una de las personas más importante de mi vida, era capaz de anteponerte a mis parejas en muchos casos, pero tu suponías ese bastión donde refugiarme cuando las cosas iban mal, eras mi refugio seguro, quien siempre estaba ahí, el hombro donde podía llorar, pero eso se acabó, no me voy a meter en buscar un porqué o por quién, simplemente lo hizo.
Pero pese a todo esa parte de mi corazón sigue siendo tuya, tata, cada una de nuestras canciones de Linkin Park me recordaran a ti, cada vez que oiga o vea unos guantes de calaveras recordare ese primer día en que nos conocimos y aquellas palabras que dijo tu madre. Hemos pasado muchos años juntos y no sé a ti, pero a mi estos 7 meses se me han hecho muy largos, aunque me niegue a admitirlo, aunque no vaya a pedir disculpas ni a intentar arreglarlo, te echo de menos una barbaridad. Me puedo tragar mis sueños, pero no mi orgullo, no esta vez.
Es triste que ahora seamos extraños, cuando antes éramos uña y carne, tan triste que hay noches que ni yo me lo creo, que golpeo a mi orgullo intentando acallarlo, dejarlo inconsciente si hace falta, para acabar con un sufrimiento estúpido, pero lo más que consigo es esto, esta carta auto depresiva que no te enviare en ningún momento.
Noa, cariño, espero que la vida te esté tratando todo lo bien que pueda, de todo corazón. Te deseo lo mejor y que la diosa Fortuna te sonría.
Y lo siento, lo siento tantísimo que esto sea así, pero no hay otro camino.
17 sept 2016
24 mar 2016
Zai
¿Sabes de esa amalgama de sentimientos desconcertantes, incoherentes, contradictorios y casi indefinibles que uno sienta a veces?
Pues con eso estoy yo ahora… Lo único que logro dar un poco de sentido es al triple, y ni eso tengo seguro, tres, tres veces tres (tres veces tres hacen cuatro treses, entonces ya no son cuatro si no tres, pero ahí vuelven a ser cuatro… Qué curioso que incluso lo que tengo algo claro se vuelva tan lioso).
Marcas negras en un curioso lienzo.
Agujeros que atraviesan y marcan de atención.
Giros de una estrella que no cesa de arder.
Y aun con todo, por más que los días pasen, no cambia nada… Sigue siendo un pequeño misterio, y no tengo duda alguna de que así seguirá por mucho tiempo, que luchare por desentrañar… Sabéis como soy con estas cosas (“¿Si saben cómo me pongo, pa’ que me invitan?”), siempre me han fascinado, y eso me perderá, bien ahora, bien algún día… Me hará perder, ahora, The Game: he perdido, y siempre…
Ese desespero porque no entiendes nada, porque nada logra cuadrarte del misterio, pero esas ansias de saber más, de abrir más la caja de Pandora… La cual solo se abre lo justo para acercarte al ritmo que ella misma te empuja lejos. Es TAN frustrante que es hasta precioso. Tan falto de sentido que enamora al menos pintado. Es una deliranza en mitad de una noche sin luna ni farolas que alumbren, no verás nada, pero te llama como un silbido a un can bien adiestrado, como el olor de una flor, como una racha de viento en una casa cerrada.
Lo sé, estáis perdidos… Y así estoy yo,
“[…] sin clavos ardiendo
a los que aferrarnos
y así estamos: cayendo.
Y sin ninguna fe ya en los milagros.”
Pues con eso estoy yo ahora… Lo único que logro dar un poco de sentido es al triple, y ni eso tengo seguro, tres, tres veces tres (tres veces tres hacen cuatro treses, entonces ya no son cuatro si no tres, pero ahí vuelven a ser cuatro… Qué curioso que incluso lo que tengo algo claro se vuelva tan lioso).
Marcas negras en un curioso lienzo.
Agujeros que atraviesan y marcan de atención.
Giros de una estrella que no cesa de arder.
Y aun con todo, por más que los días pasen, no cambia nada… Sigue siendo un pequeño misterio, y no tengo duda alguna de que así seguirá por mucho tiempo, que luchare por desentrañar… Sabéis como soy con estas cosas (“¿Si saben cómo me pongo, pa’ que me invitan?”), siempre me han fascinado, y eso me perderá, bien ahora, bien algún día… Me hará perder, ahora, The Game: he perdido, y siempre…
Ese desespero porque no entiendes nada, porque nada logra cuadrarte del misterio, pero esas ansias de saber más, de abrir más la caja de Pandora… La cual solo se abre lo justo para acercarte al ritmo que ella misma te empuja lejos. Es TAN frustrante que es hasta precioso. Tan falto de sentido que enamora al menos pintado. Es una deliranza en mitad de una noche sin luna ni farolas que alumbren, no verás nada, pero te llama como un silbido a un can bien adiestrado, como el olor de una flor, como una racha de viento en una casa cerrada.
Lo sé, estáis perdidos… Y así estoy yo,
“[…] sin clavos ardiendo
a los que aferrarnos
y así estamos: cayendo.
Y sin ninguna fe ya en los milagros.”
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