8 jun 2011

Más allá del túnel

Durante horas he caminado a través de ese agujero escavado en la tierra, forzando a la naturaleza a servir al proposito de sus "hijos", tratando de sortear los obstaculos que el tiempo ha ido poniendo en mi camino sin desfallecer, pero ya no puedo mas.
Avanzaba con la esperanza de encontrar lo que antaño se erguía tras ese olvidado paso, pero mis esperanzas fueron en vano, lo que antes se alzaba ahora estaba derrumbado.
Me encontraba al borde de un precipicio, la tierra había sucumbido y donde antes continuaba una carretera ahora se encontraba una gran caida y, en su fondo, los ultimos resquicios de una antigua metropolis. Miraba la ciudad sin verla, lamentandome de mi suerte. Tanto tiempo recorriendo un camino para que no sea mas que una vaga ilusión de lo que el hombre construyó.
En lo alto las aves continuan su vida con normalidad, ajenos a la pena que consume el alma de los pocos humanos que quedamos. Vuelan y surcan el cielo de color pardo rojizo, gracias a esa atmosfera que "a manos propias" nos ha ido destruyendo.
La temperatura ha aumentado, pocos son los dias en que los termometros que quedan en condiciones marcan algo inferior a los 25ºC; la humedad es desesperante, el aire se encuentra tan cargado que hasta cuesta respirar. Los vientos o son nulos o son fuertes como huracanes, pero los cambios son subitos, practicamente inadvertibles a excepcion de vulgares corazonadas.
El agua es un bien escaso, y el de calidad, practicamente un gran sueño, pese a todo llevo 2 botellas en mi mochila que raciono como puedo.
La comida la saco cuando la necesito, desde la caida de la raza humana los animales han vuelto a tomar posesion de este planeta, como antaño debieron haber hecho, y la verdad es que abundan. Diferentes, distintos, variados de las especies de siglos atras, pero en su gran mayoria aun comestibles.
A la espalda llevo una vieja ballesta, con flechas de huesos de mis comidas. Las balas han ido perdiendose, una a una. La energía es limitada y no podemos desperdiciar baterias para usar armas electricas, luego no nos queda otro remedio que usar las de siglos atras, por mucho que sean burdas y lentas. Y en el tobillo derecho un lujo mas, un cuchillo de plasma que usaba cuando era estrictamente necesario, ademas de otro de un acero especial de su familia que llevaba en el muslo.

[...]

To be continued...