Los latidos de mi pecho se aceleraban conforme pasaba el tiempo, tratando de bombear toda la sangre a las piernas para que siguiera corriendo.
El sudor corria por mi cuerpo, humedeciendo mis ropas, oscuras, para no variar. Resultaba incomodo, pero no le daba importancia, estaba jugando contra mi mismo, no tenia segundos de distraccion.
Mis pies, calzados con unas deportivas, pisaban con fuerza contra el firme suelo, devolviendo una vibracion continua a lo largo de mi pierna, como reaccion a cada pisada.
Mis manos avanzaban y retrocedian ayudandome en mi marcha, mecanicas, sin pensar.
Un impulso con las piernas, un obstaculo saltado que queda atras, caida, rodada sobre el hombro y continuo mi carrera, sin bajar el ritmo.
Acelero un poco mas, otro empujon de mi tren inferior. Acerco mi pierna derecha al muro y me vuelvo a impulsar, lo justo para que mis dedos agarren un saliente en la pared de enfrente.
Trepo por ella de saliente en saliente, me conocia el camino y no dudaba en cada movimiento.
Al llegar a la cima me incorporo con rapidez, otra carrera hacia el frente, esta vez evitando gente con movimientos laterales continuos, incluso agachandome para evitar algunos objetos que me hubieran golpeado en la cabeza.
Giro a la derecha, casi me como a una chica joven que evito justo a tiempo.
Acababa de sentir un pequeño pinchazo, un impulso extraño en la cabeza que omito mientras continuo mi carrera.
Parte dificil, salto la barandilla haciendo un kong vault y caigo un poco, lo justo para agarrarme a una barra metalica y saltar hacia delante, al mas puro estilo Prince of Persia.
Mi objetivo es un pequeño saliente al que he de agarrarme con las llemas de los dedos, cualquier distraccion es un grave error.
El aire se hace denso, el tiempo pasa mas lento, una imagen pasa por mi cabeza.
La chica con la que me acabo de cruzar se me aparece en la mente, y la reconozco. Tarde, como siempre, pero la reconozco.
Ese piel clara que refleja el sol cual lago en calma. Esas motas en su piel, ese toque de color aleatorio, en su rostro, sus brazos, seguro que incluso en partes que no estaban a mi vista., que equilibran extrañamente.
Esos cabellos que danzan al ritmo de su dueña, con los rebeldes que en su boca tratan de entrar.
Y sobretodo esa sonrisa extraña y dificil de definir, inocente al igual que la mirada, clara, hermosa.
Labios fruncidos en la imagen que se aparece, azules ojos serios, mirada severa de reproche con un deje de triste decepcion al no detenerme.
En la triste lentitud que me acompaña estiro los brazos cuanto puedo, tratando de alcanzar el saliente.
No parece que lo vaya a alcanzar, pero no por ello dejo de intentarlo, esta lentitud es exasperante, me esfuerzo cuanto puedo y veo que no voy a llegar.
Poco queda. Llegare al saliente al limite o caere al suelo ridiculo, cada vez se acerca mas el momento.